Hace varias décadas que en el domicilio
de un antiguo hermano mayor de la hermandad del Silencio de Granada
existió la imagen de una bellísima dolorosa de vestir que se iba a
convertir en la titular de una nueva hermandad. La Virgen de los Toreros
sería su advocación. La desgracia personal de este fundador y quizá el
destino hicieron que actualmente la talla se procesione en Jaén bajo la
advocación de la Amargura.
Esta imagen granadina hoy en día es titular de la hermandad del Despojado de Jaén.
Hoy 5 de junio, 115º aniversario del nacimiento del poeta granadino Federico García Lorca recordamos la relación que guardó con la cofradía de Santa María de la Alhambra.
El 26 de marzo de 1973 apareció en la prensa local un artículo firmado
por Rafael Gómez Montero en la sección que Ideal titulaba Andar por Casa.
Luego lo hemos visto reproducido en el ABC de Sevilla el 18 de mayo y
de nuevo la vimos recogida en la obra de Vila San-Juan, García Lorca
asesinado: toda la verdad. Parece ser que esta anécdota curiosa la quiso
mantener en silencio el hermano de la cofradía José Martín Campos pero
no deja de ser interesante como una faceta más de las muchas que
envolvían la personalidad del inmortal poeta granadino.
Pagó con creces su inocencia en Víznar pero es que además tuvo
el valor de llevar en procesión y como promesa a la Virgen una pesada
Cruz de Guía de la Cofradía de Santa María de la Alhambra, descalzo y
con la cabeza cubierta. Tal hecho ocurrió en la Semana Santa de marzo de 1929.
Imaginamos la fortaleza física necesaria para bajar y subir luego, tras
larguísimo itinerario, las cuestas de la colina roja y pisar descalzo
los chinos de la explanada en la Puerta de la Justicia; aquel muchacho
de familia bien que algunos tomaban por blandito y de merengue.
Fue un favor que pidió, salir de penitente, y un favor que le
hicieron, puesto que ni era cofrade entonces ni tenía traje de
penitente, lo cual iba contra las normas. Su petición fue anónima pero
la sorpresa vino cuando se presentó en persona en la sacristía y
advirtieron los cofrades que se trataba del poeta García Lorca. Tras una
reunión con el hermano mayor de la Cofradía, Felipe Campos de los
Reyes, se arbitró la fórmula de que saliera llevando la cruz de guía y
con la cabeza tapada. No se podía negar a nadie que solicitara salir en
la procesión como promesa a la Virgen.
Dice el autor del artículo, el inolvidable Rafael Gómez Montero,
que, al finalizar la procesión, Lorca dejó la cruz en un rincón de la
sacristía y sin despedirse de nadie dejó escrita una breve nota en la
que se leía "que Dios se lo pague". A los dos meses García Lorca firmó
el Boletín de inscripción en dicha Cofradía de Santa María de la
Alhambra, con fecha de 20 de mayo de 1929 y con una cuota mensual de una
peseta.
No hay duda de la devoción que Lorca debió sentir por la Virgen,
por lo menos en alguna etapa de su vida. En su obra abundan las
alusiones religiosas a la imaginería popular. En 1924, con 26 años,
dibujó aquella Virgen de los Siete Dolores a la que parece ponerle de
fondo el Sacromonte; al fin y al cabo tuvo una educación cristiana que
aparece en algunos de sus poemas, aunque quede lejos de la añeja
beatería de la época. Recuérdese que sus primeros estudios los hizo
García Lorca en el Colegio de los Escolapios de Almería de donde saltó
luego al Colegio del Sagrado Corazón de Jesús de Granada, acogido a la
educación fomentada por los jesuitas y regentado por don Joaquín Alemán
que, según palabras del profesor Orozco Díaz (Semblanzas granadinas),
era hombre de espíritu e ideas conservadoras.
Con este video que en a penas dos días ha superado las 500.000 visitas podemos conocer algunos de los rincones y costumbres más típicas de nuestra ciudad, su característica y a veces mal entedida mala follá y sacar sonrisa que falta nos hace.
Hoy celebramos el XXXIV aniversario de la ratificación de la Constitución por el pueblo español en referéndum el 6 de diciembre de 1978. La carta magna es la norma suprema del ordenamiento jurídico del Reino de España, a la que están sujetos los poderes públicos y los ciudadanos y en la que se describen entre otros sus derechos y deberes.
El 6 de diciembre de 1983 se inauguraba en el Paseo del Violón de la capital granadina un monumento con forma de panteón en honor a la Constitución en el cual se puede leer "Granada a ala Constitución Española".
Por aquel entonces era alcalde de la ciudad Antonio Jara y podemos observar en la fotografía el monumento el día de su inauguración.
Cuanto debe haber cambiado todo desde aquellos días en los primeros compases de un Estado democrático y constitucional, cuanto lucharon nuestros padres y abuelos por que sus hijos y nietos tuvieron un futuro, una sociedad, un país mejor. 29 años después todo debería ser mejor y desgraciadamnete los sólido pilares que se constituyeron y el estado de bienestar alcanzado se tambalean ante una crisis que parece no tener fin y unos recortes que cada vez ahogan más al cuiudadano y no consiguen mejorar la situación del mismo. Pero sigamos hablando del monumento...
Hace unos años se construyó un parking en la zona donde se ubica el monumento, por lo que el mimos fue retirado. En la actualidad espera desmontado en dependencias municipales su nueva ubicación. Ésta será en el comienzo de la Avenida de la Contisticuón. Una vez que concluyan las obras del metro será colocado en La Caleta, en la plaza frente al Hospital Ruiz de Alda .
Hoy nos adentramos en nuestro querido barrio deel Zaidín y recorremos sus calles hasta la llegar a la Plaza Fontiveros. Nos encontramos junto a la antigua Hípica en la que hoy se levanta un bloque de viviendas, un parque y la Biblioteca Francisco Ayala.
En el centro de esta plaza se encuentra una fuente que por su diseño incluso puede pasar desapercibida para la mayoría de viandantes.
A continuación vamos a detallar la singular historia de dicha fuente de la mano de Alberto Donaire y su blog "por las calles de Granada".
En 1980 comienzan la construcción de la plaza gracias sobre todo a la intensa actividad de los
vecinos que reclamaban la necesidad de espacios públicos como parques y plazas,
ausentes por completo en la política urbanística del Zaidín desde sus inicios. Tras la conclusión de las obras, el 20 de noviembre de 1982 tuvo lugar la inauguración de este espacio. Serían el entonces alcalde de la ciudad de Granada, Antonio Jara y su homólogo de Barcelona Narcís Serra los encargados de realizar los honores, acompañados de numerosos vecinos. Lo que puede causar sorpresa en todo esto es la presencia del entonces alcalde de Barcelona.
Pues bien, en el centro de la plaza hay una réplica de la Fuente de Canaletas, que está situada en el inicio de las Ramblas de Barcelona, y es famosa por ser el punto de celebración de los triunfos cosechados por el Fútbol Club Barcelona.
Imagen de la Fuente central de la plaza Fontiveros
Fue un obsequio de la ciudad condal a la ciudad nazarí, y tuvieron a bien ubicarla aquí, en el Zaidín. Narcís Serra comentó en su discurso que representaba el agradecimiento de su ciudad a tantos hombres y mujeres emigrados desde Granada a Cataluña, y que con gran esfuerzo habían contribuido a su prosperidad y desarrollo. Pronunció unas palabras bellas, de las cuales extraigo el siguiente fragmento:
"Decimos que todo el que bebe en Canaletas regresa a Barcelona. De aquí en adelante espero que todo el que beba en esta nueva Canaletas regresen al Zaidín".
Frase que sin duda debería haber constado en algún epígrafe cercano a la fuente. Sin duda espero que muchos de vosotros que no la conozcáis, paséis un rato sentado en los bancos que la rodean, pues es un trozo de Barcelona en Granada, además de un homenaje a todos aquellos que tuvieron que trabajar en tierras catalanas y dejar esta ciudad.
Detalle de la fuente en el que se observa el escudo de la ciudad de Barcelona
Fuente de Canaletas, en Barcelona
(Blog Barcelona Ocio. Guillermo Corrales)
En esta nueva sección contaremos de forma breve y entendible para todos, anécodotas, sitios de interés, y demás notas culturas de nuestra querida Granada. En definitiva se pretende que sea una sección en la que conozcamos curiosidades de nuestra cuidad, y en muchas casos, con un toque cofrade.
Comenzamos la sección hablando del que todos los granadinos suelen llamar "el Puente Romano". Este famoso puente, el más representativo de la ciudad, se construye sobre el Río Genil a su paso por los antiguos Sánchez, hoy reconvertido en pisos en cuyo bajo hay un conocido supermercado. Este lugar sirve de cruce entre las calles Poeta Manuel de Góngora, el Paseo de los Basilios y el Paseo del Violón.
El Puente Romano, el que pasa sobre el río Genil casi en su intersección con el río Darro, no es romano. En realidad, es árabe y fue construido a mediados del siglo XII, aunque no se conoce su autor.
¿Por qué se le llama entonces romano? Quizá, porque algunos autores opinan que su construcción se hizo sobre los restos de un anterior puente de la época romana. Su estructura se apoya sobre cinco bóvedas de cañón, de siete metros de luz cada una. Dichas bóvedas están construidas en ladrillo como evidenció la restauración llevada a cabo por José Antonio Fernández Ordóñez, a mediados de los años 80.
Sin embargo, antes de aquello, el puente ya había experimentado varias reparaciones, desde la realizada en el siglo XIV por Ibn Al Jatib a la reforma de Juan Rueda de Alcántara en 1685, tras una gran riada. En siglos sucesivos, se siguieron llevando a cabo restauraciones, incluyendo varias en el siglo XX.
Pero el Puente estuvo a punto de convertirse en un simple recuerdo en 1963. En aquel año, una gran riada estuvo a punto de rebosarlo, por lo que los militares llegaron a colocarle cargas de dinamita para volarlo por si empeoraba la situación.
No hubo que llegar a tanto, de manera que el Puente Romano siguió ejerciendo como vía clave para el tráfico urbano de la ciudad. De hecho, en esta imagen de 1970 de Torres Molina se puede ver cómo los autobuses podían cruzarlo desde ambos sentidos al mismo tiempo
Sin embargo, ese mismo año, en el periódico Ideal se hablaba ya del inevitable futuro del Puente Romano
En el artículo, se hablaba de la necesidad de construir un nuevo puente, que debería ser oblicuo para respetar la confluencia del Genil y el Darro y no obstaculizar la corriente del agua, principalmente en caso de riadas. Sobre el Puente Romano, se decía que se había convertido en insuficiente para la circulación.
Pero de la intención a la acción hay un largo trecho, y de esto sabemos mucho en Granada, así que hubo que esperar a 1985 para que se construyese el nuevo puente que dejase al Romano para otros menesteres. Desgraciadamente la ciudad sigue esperando todavía infraestructuras vitales para su desarrollo y economía que no terminan de llegar ya sea por la ineptitud de sus gobernantes, por los de la Comunidad o el Estado o simplemente porque prefieren enzarzarse en discusiones de color político en lugar de beneficiar a sus ciudadanos. Volviendo a lo que nos ocupa, el inaugurado en 1985 será conocido como Puente del Cristo de la Expiración o Puente Blanco. Y esta es la foto de su inauguración, de González Molero
Con ello, el Puente Romano pasó a ser peatonal, tras la restauración de la que se encargó Fernández Ordóñez, con la que se buscaba que esta estructura recuperase la imagen que ofrecía en grabados del siglo XVII.
Particularizando en lo que más nos gusta, la Semana Santa, las cofradías que vienen allén del río procedentes del barrio del Zaidín cruzan los adoquines de este puente para llegar a la Santa Iglesia Catedral y realizar Estación de Penitencia. Así lo harán las hermandades del Trabajo el Lunes Santo, la hermandad de la Lanzada el Martes, Salesianos el Jueves, Escolapios el Viernes y La Resurreción el Domingo.