miércoles, 23 de marzo de 2011

Tiempo al tiempo...


Bueno, ya sabéis muchos de mi devoción por esta gente.
En esta foto aparecen D. Rafael Ariza "el viejo", D. José Ariza y D. Rafael Ariza (nieto); maestros de este mundo en el que nos movemos, saga llena de tradición, buenas formas, con formas pero sin alardes... todo se consigue con tiempo...

Todos los que formamos esta familia nos parecemos en algo muy importante a aquellos costaleros antiguos, profesionales de verdad (no por cobrar, sino por trabajar sacando pasos para llevar un pan con el que comer), nos parecemos en que prácticamente estamos empezando en esto... y tenemos la chulería del que puede, pero debemos tener la humidad del que no sabe. Cuando algo te gusta de verdad no hay que tener miedo en levantar la mano para preguntar algo, nadie nace sabiendo, y estos de la foto tampoco. Pero estos de la foto siempre supieron ser gente discreta, aprender sin hacerse notar, y no creerse nada sin haberlo visto o hecho antes.

La cuadrilla que forma a toda esta familia es muy joven, en edad y en experiencia, pero se que tenéis ganas de aprender, pero lo que no debéis olvidar es que esto es una carrera de fondo, de las de 5000 metros, donde hay que saber dosificar, pensar, pero ir siempre de frente. Y que sepáis que se está empezando por lo más complicado, andar en silencio... llevar el tambor de verdad dentro de la cabeza, no del corazón, que ese late más rápido... y eso no es nada fácil. Pero si es lo mejor que puede uno aprender en este mundo, a andar sin guia, sabiendo lo que la hermandad pide y lo que el capataz quiere, andar marcando el tambor con nuestros talones.

También hay algo que quiero deciros a todos, no es necesario tener que irse por imposición a Sevilla para saber lo que es ser costalero. Que en Sevilla hay muchas cuadrillas donde se puede aprender mucho y bien, claro que si, pero en Granada, en esta Semana Santa que en ocasiones todos criticamos se puede aprender igual de bien. Hay muchas cuadrillas y costaleros y capataces que pueden perfectamente hacer sombra a más de una de las 50 y pico cuadrillas que hay en Sevilla. Y en ocasiones basta con acercarse a un ensayo de cualquiera, ver como mueven los pies, como se colocan al levantar, al arriar, como manda un capataz.

En Granada se puede aprender muy bien en algunas cuadrillas, pero incluso por encima de las cuadrillas, lo que de verdad existe, como se ve en la primera imagen que he puesto es un hombre, unas formas, unas ideas, una manera de transmitir y de saber estar... algo que te lo va dando el tiempo. A nadie engaño diciendo que por muchas cuestiones que mencionaré si me dejan en otro momento, hay un capataz en Granada que para mi representa todo lo bueno que tiene este mundo si lo que de verdad te gusta es el oficio... es decir, la vocación, mezclar lo profesional con la afición...

D. Dionisio Martínez nos ha enseñado a muchos a saber observar, aprender, andar y a ser de verdad cumplidores de un oficio y serios trabajando. Los pasos que aún le faltan por mandar no los tiene por circunstancias que ahora no interesan, pero la Granada costalera sabe lo que aún le queda por vivir con él porque lo merece... tiempo, sólo es cuestión de tiempo.

Y a nuestra familia le ocurre igual. Necesitamos tiempo, pero entendiendo lo que somos: costaleros, gente que va debajo de un paso cargando kilos y moviendose según dicta una persona y una hermandad... y punto... ese es nuestro oficio, y lo realizamos porque nos gusta, porque queremos, porque nos llena. El estatuto de los trabajadores y el convenio colectivo de este oficio lo lleva la hermandad, nuestro superior y jefe de recursos humanos es nuestro capataz, y nosotros trabajadores...

Todos los que formamos esta familia tenemos devociones, muchas, pero todos nostros tenemos una común, una de carne y hueso, no una advocación, una que podemos tocar, a la que podemos hablar... esa devoción no tiene porque tener argumentos, porque las devociones de verdad se sienten y punto, están, no se piensan, simplemente se vive con ellas. Esa persona tiene nombre y apellidos, y aunque él siempre diga que es uno más, no es así, los "hombres de negro" de verdad no son como nosotros, son los de negro, son los que unen, los que enseñan, los que hacen que amemos este mundo... y ese hombre al que todos queremos solo necesita tiempo... para poner todas las cosas y a todas las personas en su sitio, siendo humilde, pero no tonto.

Y saber que siempre debemos tener ganas de aprender porque en este mundo nunca se sabe todo y siempre, como hace nuestro capataz D. Raúl López "Canijo" ir de frente, nunca hacia atrás... y sin tenerle miedo al palo, que miedo es lo que tiene Curro Romero cuando pide en el bar rabo de toro, que hace un burladero con las patatas...

Tiempo al tiempo... (y nosotros que lo veamos...)



J. Beltrán

2 comentarios:

Christian dijo...

jajaj pero pones esa foto de raul to desastrao y pierde los puntos! jejej. Muy bonita la entrada Beltran hay que seguir luchando por esto con humildad y sobretodo corazon, y tambien mucha amistad. Que hace mas de la mitad del trabajo el ser amigos.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.