jueves, 26 de marzo de 2020

Marchas para Granada: Virgen de Andalucía


 Tan solo hace unos días se cumplían 20 años del estreno de la marcha Virgen de Andalucía, dedicada a la Virgen del Mayor.
En estos días complicados para todos por la pandemia que estamos viviendo os invitamos a conocer un poquito más de nuestro patrimonio musical.
Os dejamos la descripción de la marcha que el periodista Jorge de la Chica hace en la web de la hermandad escolapia.

El 12 de Marzo del 2000, la Banda Municipal del Excelentísimo Ayuntamiento de Granada bajo la dirección de su titular, el maestro D. Miguel Sánchez Ruzafa, estrenó la versión instrumental Virgen de Andalucía, una marcha procesional del propio Sánchez Ruzafa, inspirada por José María López Blámquez, durante su estancia al frente del Área de Cultura municipal. La obra está dedicada a la Virgen del Mayor Dolor, con motivo de su presencia en Roma. Fue en el marco del Pregón Oficial de la Semana Santa de Granada.

Poco después, el Sábado 18 del mismo mes, en la Iglesia Parroquial de San José de Calasanz de los Padres Escolapios, se producía el estreno de la Versión Original de esta obra para Banda y Coro, con los mismos actores, a los que se sumó el Coro Clásico dirigido por Dña. Mª Ángeles Ruiz Román y D. Ángel López Carreño, en el transcurso de un concierto en el que se interpretó la integral de obras para Semana Santa del Maestro Sánchez Ruzafa, y una marcha también dedicada a la Virgen del Mayor Dolor del citado López Carreño. Actuó como anfitriona la Hermandad de los Escolapios.


Un poema sinfónico.

Virgen de Andalucía, supera los estrictos cánones clásicos de la marcha de procesión, porque siendo en efecto una partitura que puede ser interpretada tras un paso, en este caso de palio, no obedece a la ordenación acostumbrada de sus temas, con un primero lento, al que le sigue otro fuerte y concluye en un trío, dicho de forma sucinta. Partiendo de la libertad creativa, como ya hicieran los Font de Anta o más recientemente Abel Moreno, incluso el propio Sánchez Ruzafa en Palio Blanco, la obra transcurre fuera de encorsetamientos, siendo más válida si cabe para ser oída en concierto, sin por ello restarle belleza a su audición en una comitiva religiosa. Estamos más por tanto ante un poema sinfónico que puede valer como marcha.

Génesis.

Sin duda la obra no hubiera sido posible sin el impulso de D. José María López, intelectual de tendencias andalucistas que animó al Maestro Sánchez Ruzafa a escribir sobre papel pautado, justamente en uno de sus momentos más creativos, allá por el otoño y principios de invierno de 1999. El autor en plena madurez, se entrega pletórico de inspiración y escribe feliz. El resultado final es una obra de envergadura, belleza, ricos matices de color y brillantez, a la que la historia se encargará de juzgar, pero que ya ha superado el primer compromiso con un éxito y aceptación popular impropio de las composiciones de nuevo cuño.

Estructura.

Desde el principio a cargo de instrumentos de registro grave se anuncian, casi difusos, unos compases del Himno de Andalucía, para continuar en la introducción con una bella melodía que da paso de nuevo a otros compases del citado Himno. Aparece a continuación el primer tema a cargo del corno inglés, sobre unas armonías que compiten en belleza y atractivo. Se repite a este tema inicial, con respuesta de las diferentes familias de la banda. Todo ello haciendo uso de una cadencia andaluza. De nuevo suena el Himno Andaluz que resuelve una referencia a la inmortal melodía de D. Agustín Lara: Granada.

Cambia decididamente el ritmo de la obra. Ahora suena un singular pasodoble apenas desarrollado. Al concluir irrumpe el coro, con otro fragmento del Himno. Llega el momento en el que aparece un tercer tema, que al repetirse "encaja" como un auténtico contrapunto sobre el Santo Dios, el canto religioso sobre el que Blas Infante basó el Himno Andaluz. Lo canta el coro y lo acompaña magistralmente la Banda. La fusión es impresionante, más aún el día del estreno ante el mismo órgano en el que este personaje histórico escuchó esta obra, cuando el instrumento estaba en el Colegio de los Escolapios de Archidona (Málaga).

De repente el volumen asciende, busca la emoción y suena el Himno, el mismo que Sánchez Ruzafa arreglara en una versión inolvidable. Es la apoteosis. El tercer tema se entremezcla, unas veces con matices instrumentales suaves, otras confiando en la fuerza de los metales y la persución, no faltando una coda casi triunfal.

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