domingo, 3 de mayo de 2015

3 de mayo: Origen del Día de la Cruz


En la antigua Roma, las fiestas de la Primavera se vinculaban a la diosa Flora. Las Floralias tenían lugar a finales de Abril y primero de Mayo. Parecidas a las Saturnales, la sexualidad y la fecundidad femenina se presentan relacionadas con el renacer de la vegetación, que tiene lugar en esa época del año.

El Concilio de Nicea fue decisivo para consolidar la Cruz como emblema contra los paganos. Constantino y su madre Santa Elena propiciaron este pensamiento difundiendo la leyenda de la aparición milagrosa de la Cruz. En el sexto año de su reinado, el emperador Constantino se enfrenta contra los bárbaros a orillas del Danubio. Se considera imposible la victoria a causa de la magnitud del ejército enemigo. Una noche Constantino tiene una visión: en el cielo se apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, In hoc signo vincis ("Con esta señal vencerás"). El emperador hizo construir una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin dificultad a la multitud enemiga. De vuelta a la ciudad, averiguado el significado de la Cruz, Constantino se hizo bautizar en la religión cristiana y mandó edificar iglesias. Enseguida envió a su madre, santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo. Una vez en la ciudad sagrada, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y con torturas consiguió la confesión del lugar donde se encontraba la Cruz a Judas (luego San Judas, obispo de Jerusalén). En el monte donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontraron tres cruces ocultas. Para descubrir cuál de ellas era la verdadera las colocaron una a una sobre un joven muerto, el cual resucitó al serle impuesta la tercera, la de Cristo. Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz, el tres de mayo.

En Granada la tradición ya la encontramos documentada en catecismos y liturgias mozárabes, dado que su culto estaba muy enraizado en la comarca. En la catedral de Guadix se conserva una reliquia de la Santa Cruz en la que murió Cristo. El aspecto moderno de la fiesta y sus años de máximo esplendor tenemos que buscarlo hacia los siglos XVIII y XIX, iniciando su declive a principios del siglo XX.




Seguramente, siguiendo la tradición intimista de los carmenes árabes, en Andalucía la fiesta de la Cruz de Mayo se celebraba antiguamente en el interior de las viviendas. En sus patios construían altares en los que se levantaban cruces adornadas con guirnaldas de flores. Junto a ellos se ponían como adorno objetos de prestigio. Aunque la intención era de honrar con las mayores riquezas el símbolo cristiano, no dejaba de ser una muestra de ostentación de riqueza, muy cuidada, por parte de sus dueños. So origen se pierde entre las brumas del tiempo, vinculándose su celebración a ritos ancestrales.


Piezas de cerámica, de cobre, mantones de Manila y todo aquello que implicara abundancia, era seleccionado para ser exhibido en esas ocasiones. Plantas, frutas, cereales y en definitiva todo lo relacionado con la vegetación típica de esa estación del año, también tenía  en ella su espacio. En torno a la cruz se reunían amigos y familiares, organizando recitales de baile y coplillas , en las que todas tenían como motivo la exaltación de la Cruz y la Primavera.
En los barrios, las clases menos pudientes organizaban cruces colectivas en plazas y corralas, en las que los vecinos prestaban sus mejores ajuares para que sirvieran de adorno en los altares.

Algo que no podía faltar en ninguna cruz es un pero (manzana) pinchado con unas tijeras, para simbolizar que no se le puede sacar ninguna falta (pero) al montaje de la cruz.
También se coloca un plato, brasero de cobre o cualquier recipiente en el que los visitantes que lo deseen pueden echar unas monedas (chavicos) en aquellas cruces que han llamado más su atención. Era una especie de reconocimiento en forma de limosna, que luego era repartida entre los más necesitados.


Igualmente los niños asumieron la fiesta. Fabricaban sus pequeñas cruces portátiles que paseaban por la ciudad, pidiendo "un chavico pa la cruz" con los que comprar chucherías.

Fuente: http://www.culturandalucia.com

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