El 15 de Febrero de 1986 eras bendecida en la Iglesia de María Auxiliadora por el entonces Arzobispo de Granada Don José Méndez Asensio. El prelado recordó que debíamos dirigirnos a Ti para obtener la Salud espiritual y material, uniéndola a la de Cristo en cuanto a la Redención del hombre.
Tu mirada al cielo no tardó mucho en cambiar, pasaste de mirar al Padre a mirar a tus hijos en la Tierra, con esa mirada que parecía sonreírnos desde lo más profundo de tu pena.
Quizás no eras la más valiosa obra de imaginería clásica o tu belleza no se adaptaba al cánon del idealismo de la escuela granadina ni al barroquismo de la sevillana, pero sí que calaste en el corazón de quienes te rezábamos y te veíamos con el semblante que solo una verdarea madre de carne y hueso podría tener.
Pasaron los años, te hiciste mayor como si de una muchacha del barrio se tratara y tus rasgos cambiaron. Como si hubiera pasado años sin verte, en el reencuentro no te conocía, pero el sentimiento no había cambiado, al mirarte a los ojos me perdí en ellos buscando la misma mirada que me emboba siendo un niño y que seguiré buscando siempre que vaya a verte.
Nuestra Señora de la Salud, ruega por nosotros
No hay comentarios:
Publicar un comentario