domingo, 16 de diciembre de 2012

Historias y Leyendas. "Hasta que no vengas a mi casa..."

El Pato Araujo jugador del Atlético Aviación, colgó sus botas después de una gran vida como futbolista. Con el dinero que le proporcionó el fútbol decidió construir una cochera.
Pero la vida le jugó una mala pasada y su hijo cayó en una terrible enfermedad. Tras llevarlo a los mejores médicos y no conseguir nada, acudió desesperado a la iglesia de San Lorenzo a rezarle al Señor del Gran Poder varias veces. Al final el hijo no pudo superar dicha enfermedad y falleció. De luto y víctima del dolor que le puede causar la pérdida de un hijo a un padre, se volvió a acercar a la iglesia, se encaró con el Señor y le dijo lo siguiente:
"Que sepas que no vengo más a verte, si me quieres ver, vas a tener que venir Tú a mi casa"



Al cabo de los años, se celebró en Sevilla una Santa Misión en la que las imágenes se trasladaron a los diferentes barrios para mover la devoción.
El Señor del Gran Poder se trasladaba en andas hasta el barrio de Nervión.
A mitad de camino comenzó a llover muy intensamente, obligando a la hermandad a buscar un refugio. En una de las calles cercanas había un portón lo suficientemente grande para que la imagen del Señor se resguardara.
Tocaron a la puerta intensamente al grito de "Venimos con el Gran Poder, ábranos para que no se moje el Señor".


El dueño de la casa al escuchar los gritos y los golpes en el portón bajó corriendo y abrió la puerta, encontrándose de frente con la imagen.
Este hombre resultó ser el Pato Araujo y efectivamente el Señor fue a verlo a su casa.
Arrodillándose en el suelo comenzó a llorar y el dolor de la pérdida de su hijo se convirtió en fe y devoción al Señor del Gran Poder.




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